lunes, 31 de marzo de 2014

TODO POR UN BALON

Era un lugar  lindo  campestre  donde se come rico trucha el lugar se llama “Ingenio” , era  domingo de paseo iban toda la familia  de Joel   en la camioneta azul  ,estaba a lado su gran amiga  Beatriz  se comprendían  bien , también  viajaba su  madre de Joel  viajaba  adelante a lado  piloto que es   su  tío  Juan Mario son casi de la misma edad   manejaba el vehículo  ; desde la  zona central  de Perú lindos  paisajes  lugar muy boscoso ; hay  otros  carros  que también van de paseo   a  esa zona  de todo lugares de Perú  vienen a un paseo de relax , el viaje dura cerca de un hora  llegan  a ese lugar  indicado bajaron todos y  los invitados  de Joel    , ubicaron  un pampón  los más  jóvenes   tenían  deseos  de jugar  fulbito  ,se organizan  eran cuatro chicos   dos contra dos  e inicia el juego ,  mientras las demás mujeres estaban sentadas alrededor   conversando y a la vez viendo el partido disputado , iban jugando  casi media hora de juego   pero en ese lance  Joel   patea fuerte y cae    el balón al rio  va corriendo  rápido  y se tropieza  cae  dándose una rodamiento   se para y sigue corriendo  a  tratar de  atraparlo el balón  pero no lo alcanza , entra desesperado  al rio caudaloso el balón  está  dando  botes  en  esa agua   cristalina   y el cielo azulino        ,todos corren  a salvarlo  a Joel  y a la justa lo salvan  con el balón  en la mano  ,  su ropa estaba mojada  se dio su susto de su vida, Beatriz lo abraza  lo consuela  y le da un beso   eso lo conmueve a todos ,  su  madre  preocupada  era magnánima le perdono lo abrasa   con mucho  cariño y le habla con mucha ternura  que tengan cuidado con el rio por su peligro constante   ; los demás  chicos miraban asustados  a Joel y luego al rio  que era muy   peligroso y no era recomendable jugar cerca de allí ,  luego  todos  se fueron a comer unas ricas truchas con sus ensaladas  y su rica chichas ,sus tío Juan  Mario  también   le aconsejo  que no hay que arriesgar  la vida  todo por un Balón   que otra  vez  no se metiera al rio  aunque haya  caído el balón, el comprendió y les agradeció Dios y  a los demás por su  ayuda  y ya no cometaria esa  arriesgada acción . Escribe  Manuel Díaz.






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